viernes, 16 de octubre de 2009

MADRE


Madre,
anhelaba volar así como los pájaros
y con un simple gesto levantaste mis brazos.
Deseaba correr tan veloz como el viento,
pero tú me enseñaste a caminar primero.
Deseaba ser todo lo que tuviera impulso,
lo que fuera energía, movimiento total,
pero tú me dijiste que más vale ser uno
y uno a su manera y a su sola verdad.

Madre,
yo quería ser sabio, saber todas las cosas
y un día me mostraste del jardín una rosa,
una rosa que asiste y cortándola luego
me la diste diciéndome: -Aquí tú encontrarás,
conjugados por siempre, lo divino y lo eterno.

Madre,
contigo he aprendido lo noble y lo dichoso,
lo digno y lo increíble que resulta vivir,
pero a veces yo siento que aunque lo sepa todo
no podría decir,
por más que sobren modos
y palabras exactas,
cuánto mi corazón
te ama
te ama
te ama.

4 comentarios:

Samuel Rego dijo...

Los frutos de su esfuerzo, cosechados en su hijo, la honran con justicia.

Buen finde Luis

estoico dijo...

Estimado Samuel, te cuento que aquí cada tercer domingo de octubre se celebra del día de la madre, aunque, a mi entender, todos los días son días de la madre.
Por supuesto, las madres siempre dejan algo de sí en sus hijos.
Gracias por pasar, y que pases tú también un buen finde.
Abrazos.

Yasmina dijo...

Hola Estoico!

Que manera de demostrarle el cariño a tu madre tan bonita, me ha encantado, es una suerte ver una relación tan hermosa como es la vuestra.

Un beso muy fuerte

estoico dijo...

Muchas gracias, Yasmina...!
Ciertamente, cada día mi mente está con ella.
Cariños.