jueves, 23 de julio de 2009

PERDÓNEME LA GENTE




Bajo el fulgor palmario de tus ojos
mi corazón se rinde prisionero
y el cristalino y mudo lisonjero
su luna esmera por no darte enojos.

Pero al contacto de tus labios rojos
es cuando soy vencido por entero
pues al besarme siento que me muero
siendo esta muerte el más de mis antojos.

Perdóneme la gente cuando entienda
que no se halla en balanzas mi razón
si digo que esta muerte me da vida.

Pues esto la razón no me lo enmienda
porque en esto no tiene intromisión…
¡cuando es el corazón quien me suicida…!

miércoles, 22 de julio de 2009

ÚLTIMA VERBA



Resta poco camino por andar
y no obstante mi paso queda atrás.
Quizás tema el epílogo del viaje
o el comienzo de otro, interminable.
Fui mi propio Watson y mi Holmes también
e incluso tuve sueños como los de Lu Sheng.
O acaso los dragones trás los cuales yo iba
no tenían la perla más bella y más genuina.
Tener la voz serena fue mi preocupación,
no la que habla hacia afuera, la que habla al interior.
Tuve amistades buenas y debo agradecer
que me fueron sinceras, tal como debe ser.
Me han vulnerado, es cierto, pero siempre el corazón,
en su loca costumbre, supo dar su perdón.
Escribir es mi vida y mi muerte también.
Si contuve mis lágrimas en versos los lloré.
Acaso al fin de todo me quede solitario
y mudo entre los libros como un bibliotecario.
Nunca esperé que Mayo me fuese duradero,
pero he vivido bien, con sus más y sus menos.



Cuando digo sueños como los de Lu Sheng aludo a su famoso sueño de mijo.
Lu Sheng era un intelectual pobre que un día se alojó en Handan en compañía del monje taoísta Lui Weng, a quien pidió que profetizara su destino. El monje le prestó una almohada de porcelana diciéndole que ella podría satisfacerle el deseo. Se cuenta que mientras dormía sobre la almohada, el dueño del alojamiento cocía mijo. Lu Sheng soñó que el Emperador le daba un alto cargo y que él vivía rodeado de honores y riquezas; pero al despertar descubrió que no había nada en torno suyo, salvo el aroma predominante del mijo. Esta historia enseña que uno tiene ilusiones irrealizables con los que tal vez deba aprender a vivir siempre.

Perla de dragón: antiguamente se creía que los dragones habitaban el fondo de los ríos y que debajo de la mandíbula inferior poseían un perla en la que residía todo su poder. Al quitársela se volvían inofensivos.

lunes, 13 de julio de 2009

NUNCA MÁS


Uno a veces termina por volver
sobre los mismos pasos que ya dio,
distinta geografía
acaso alrededor,
acaso también fecha diferente,
pero sin duda alguna
la vieja misma brújula
dentro del corazón.

Oh, tú que eres el nauta de este mundo,
no dejes que las máscaras,
rostros de circunstancia,
desimanten el norte que persigues
porque puede que un día
aprendas a decir esa palabra
que clausure los rumbos de tu vida
y sea NUNCA MÁS.


viernes, 3 de julio de 2009

SER Y NO SER


...Y no poder decirlo ni expresarlo
por escrito
y sentir todas las tremendas ganas
de vivirlo
y no saber de qué manera, cómo
dar el grito
que solamente tienen que escuchar
sus oídos...

Y así y todo ser y no ser siguen
su camino,
uno siempre los pies sobre la tierra
¡y el otro a pasos nomás del abismo!