
Un año cumples ya, sobrino mío,
y tu tío padrino está feliz,
no importa que le aprietes la nariz
y te hable como un pato con resfrío.
A todo dices sí con la cabeza,
para ti no hay ninguna negativa,
cualquier descubrimiento te motiva,
¡Oh, gran descubridor de la simpleza...!
¿Dónde está Uriel?- pregunto, y enseguida
con tus manitas cubres tu carita
dejando un ojo espía descubierto.
Sobrino, un año cumples ya de vida
y al verte me parece que es mentira...
¡Pero eres increíblemente cierto...!