jueves, 1 de agosto de 2013

CINTIA PÁLIDA Y FRÍA (Soneto sáfico-laverdaico)





Pálida y fría por el cielo cruza
Cintia en su carro de brillante plata,
todo a su paso, hasta cualquier menuza,
conviértese en estrella nata.

Verla luciente y tan hermosa epata,
todas las almas de pasión aguza,
Diosa que al niño flechador empata
¡y el récord a Cupido azuza!

Tiene la gracia y otrosí carisma,
tiénelo todo la deidad que esplende,
tiénelo todo, pero algo abisma
el centro en que su luz se prende.

Ella que amores en el mundo enciende
¡nunca los halla para ella misma!















El presente soneto se estructura en estrofas sáfico-laverdaicas, 
esto es: tres versos sáficos seguidos de uno laverdaico.
Como en los sonetos sáfico y laverdaico, es importante mantener 
la estructura de rima consonante y alterna para los cuartetos, 
pero a diferencia de ellos, en este soneto la disposición de rimas queda al arbitrio del poeta; 
más aún, los dos versos con que concluye la composición pueden disponerse en pareados.
Por ende, las posibilidades rítmicas pueden ser:
ABAB–ABAB–CDCD–DC
ABAB–ABAB–CDCD–EE
ABAB–BCBC–CDCD–DC
ABAB–BCBC–CDCD–EE
ABAB–CDCD–EFEF–FE
ABAB–CDCD–EFEF–GG,
etc.

2 comentarios:

Carmen S. dijo...

Aquí se aprende poesía.

Un abrazo.

Lucevelio dijo...

El ritmo de éste soneto es muy distinguido, aportándole ese toque de belleza que lo complementa.