Si los pesares mis
adentros turban
como fantasmas
voladores, sabe
que desparecen si tan
sólo veo
la miradura de tus
ojos fúlgidos.
Ni las estrellas ni
los astros fúlgidos,
en mi opinión y cuando
el cielo veo,
las luminarias de tus
ojos turban
porque ninguno
superarlas sabe.
El resplandor de tu
mirada sabe,
de los pesares que en
su acción me turban,
iluminarme como rayos
fúlgidos
¡y de mi senda el
derrotero veo!
Y cuando veo tus
ojillos, sabe
¡que de tan fúlgidos
mi penas turban!
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El presente soneto se
estructura en tres cuartetos y un dístico final, pero siguiendo el desarrollo
de la sextina; es decir, las primeras cuatro palabras finales del primer
cuarteto aparecen en las estrofas siguientes variando su posición.
Finalmente, el pareado
reúne todas estas palabras,
a la manera de contera.
Los cuartetos
presentan el siguiente esquema:
ABCD–DCAB–BADC.
El dístico final se
construye así:
Primer verso: CB
Segundo verso: DA