I
Un ardiente crispar de dulces ojos
en mi pecho tomó segura plaza
que por más que proteja la hilaza
por adentro me espinan mil abrojos.
No consigo librarme, son candados
mucho más poderosos que cerrojos,
la emoción y mi seso tiene atados
o dijera mejor que están de hinojos.
Nunca Marte me diera cruda guerra
ni encontrara enemigos más armados
que los pies me dejaran mal parados
o mi espada tirasen por la tierra.
Imperando la paz, no tengo calma,
¡pues sus ojos me han tomado el alma!
II
Señora mía: vuestra miradura
todo mi cuerpo hace retemblar
como si al interior de mi armadura
se hubiera entrado un hálito polar.
Y en las noches que el frío su crudeza
ejerce sin hallar desaventura
siento que una estival temperatura
me hace sudar de pies a la cabeza.
En modo alguno estoy desmejorado
ni me miréis con súbita extrañeza
si os digo que me encuentro enamorado,
¡que esa es mi situación en realeza!
Señora mía, os clamo con el alma:
¡tan sólo vuestro amor será mi calma!
III
(Escrito por Fabiana Piceda)
Mis ojos son los cierres más sumisos,
que os miran con ternura perdurable
tenéis señor, hidalgo tan amable
para mirarme todos los permisos.
Vuestros dichos os vuelven agradable,
sois dulzura y bondad, un gran tesoro,
el dueño de virtud invalorable,
el caballero andante que yo adoro.
Mis ojos os verán libres de lloro
y alegre viviré para los vuestros,
muy dulcemente a mí vendrán los estros
y os cantaré al oído, en grato coro.
El paraíso eterno nos espera,
será por siempre dulce primavera.
IV
(En colaboración con Fabiana Piceda)
–Señora, vos me dais un gran placer
en diciéndome todas esas cosas
que aleluyáis por íntegro mi ser
como si vuestros dichos fueran rosas.
Muy más os digo, son maravillosas
expresiones que apartan la mi pena
y al ver vuestra mirada tan serena
oigo sólo canciones numerosas.
–Por vos la sangre corre por mi vena
arde un amor sublime, bella suerte,
concibiendo mi vida dulce, plena,
pues juntos venceremos a la muerte.
Dos almas para siempre bendecidas
seremos de hoy en más, fortalecidas.
Basándome en las primeras tres estrofas del carillón
francés y en el pareado final del soneto inglés propongo el SONETO CRUZADO.
Con respecto al carillón, éste es un poema que
sustentándose en la estructura de un soneto crea un tercer cuarteto que se
inserta entre los dos de origen:
ABBA← 2ª
estrofa →ABBA
ABAB← 2ª
estrofa →ABAB
Esta segunda estrofa comparte rimas con la primera y
tercera, pero respetando la siguiente disposición:
Si el soneto tiene rimas abrazadas, el del medio las
tendrá cruzadas.
Si el soneto tiene rimas cruzadas, el del medio las tendrá
abrazadas.
Ahora, al correrse el segundo cuarteto de origen, éste
modifica sus rimas al pasar a ocupar el tercer puesto, las que de A y B pasan a
ser C y D.
He aquí las cuatro fórmulas en el carillón:
ABBA → BCBC ← CDDC
ABBA → CACA ← DCCD
ABAB → BCCB ← CDCD
ABAB → CAAC ← DCDC
Independientemente del carillón, otras fórmulas posibles
son:
ABBA →
CBCB ← CDDC
ABBA → ACAC ← DCCD
ABAB →
CBBC ← CDCD
ABAB → ACCA ← DCDC
Por último, a estas fórmulas se les añade el pareado final
(EE) quedando conformado así el soneto cruzado.
Ahora, amén de utilizar las presentes fórmulas para un
soneto, también pueden unirse y formar una estrofa de 12 versos (ESTROFA
CRUZADA):
Arte menor:
abbabcbccddc
abbacacadccd
ababbccbcdcd
ababcaacdcdc
Arte mayor:
ABBABCBCCDDC
ABBACACADCCD
ABABBCCBCDCD
ABABCAACDCDC
O simplemente conformando un poema de tres estrofas de
cuatro versos cada una, en arte menor o mayor (POEMA CRUZADO).