Por veros muero de día,
de noche por no teneros,
muérome así, por quereros
de esta manera sufriente,
pero vos sois como el mármol
que no ríe ni se queja,
ni boca tiene ni oreja,
ni ojos que miren de frente.
Reparad en mi dolor,
no me seáis inadvertida,
concededle a la mi vida
siquiera algún miramiento;
no dejéis que muera así
entre penas abatido,
miradme, por Dios, os pido,
¡miradme sólo un momento…!
de noche por no teneros,
muérome así, por quereros
de esta manera sufriente,
pero vos sois como el mármol
que no ríe ni se queja,
ni boca tiene ni oreja,
ni ojos que miren de frente.
Reparad en mi dolor,
no me seáis inadvertida,
concededle a la mi vida
siquiera algún miramiento;
no dejéis que muera así
entre penas abatido,
miradme, por Dios, os pido,
¡miradme sólo un momento…!